Roles o papeles que han sido determinados por la sociedad y el entorno cultural en el que se encuentra. Son de carácter intrínseco, al estar relacionados con las personas al interior de ella, o extrínseco cuando están asociadas con la sociedad. Las funciones tradicionales de la familia han sido: procreación y cuidado de la prole, socialización de sus miembros, atención de las necesidades elementales (afectivas, materiales, regulación sexual, recreación), educación y aprendizaje del trabajo, sustento económico, producción y adquisición de bienes. Parte de éstas presentan cambios en sus modalidades, por asuntos culturales y son delegadas o compartidas con otras instituciones.
Destacan los cambios en las funciones: económica (cuando la mujer es coprovidente o asume la jefatura familiar), socialización (tendencia de equiparación de los géneros), reproductiva (es la pareja y no el hombre, la que fija el número deseado de hijos y el momento oportuno, o deciden cancelar la procreación). En la actualidad las dos funciones fundamentales son: la socialización primaria de sus miembros y brindar el soporte emocional a los individuos. En la socialización primaria, la familia transmite las ideas, creencias, normas y valores y con ellas incorpora los roles y estereotipos de género propios de cada cultura. La protección psico-afectiva garantiza la construcción de los vínculos emocionales y el desarrollo del individuo. El paradigma moderno incorpora, como parte de las funciones, la comunicación, la cohesión, la adaptabilidad y la afectividad, que permiten entender la familia como un sistema relacional.
Fuente: QUINTERO VELASQUEZ, Angela María. Diccionario especializado de familia y género. Medellín: Departamento de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Universidad de Antioquia, 2006.